Geranio
El Geranio necesita sol, pero lo ideal es que tenga protección en las horas
más fuertes del día. En climas muy
calurosos sería ideal colocarlo en semi sombra. La falta de luz va a
conseguir que nuestra planta de Geranio no produzca muchas flores y que no
aumente su follaje.
No le gustan los excesos de
agua, pues puede llegar a pudrirse. Evitar
el encharcamiento. No moje las hojas ni las flores al regar, podrían quemarse
con el sol. Tampoco es conveniente pulverizar nuestro geranio. En primavera y
verano riega unas 2 veces por semana. En otoño con 1 riego semanal es
suficiente y en invierno apenas riegues, a no ser que mantenga la flor.
Hay que aportarle en el agua
de riego un poco de fertilizante líquido
para plantas de flor 1 vez cada 15 días en floración. La falta de nutrientes
provoca un crecimiento lento, apagado, amarilleado de las hojas y pocas flores.
Al final de invierno o principios
de primavera hay que darle una poda cerca del suelo. De esta forma estimulará la emisión de nuevos brotes.
Aprovecha el material para hacer esquejes. Despunte con frecuencia para que
emita brotes laterales; cuantos más tallos, más flores.
Cada año se pueden hacer
esquejes para obtener nuevos ejemplares e
ir renovando los viejos que se van degenerando. Los ejemplares jóvenes florecen
más y mejor.
Puede hacerlo en casi cualquier época del año, puesto que
agarran con facilidad, aunque la mejor época es en otoño. Aproveche restos de
la poda, siempre que sea material sano.
Corte los esquejes de unos 10 cm.
justo por debajo de un nudo. Elimine las hojas inferiores y deje los 2 pares de
hojas del extremo. Deja secar el corte toda la noche antes de plantarlos al día
siguiente en macetas o bandejas con turba. Haciéndolo así, arraigarán mejor.
Otra cosa para favorecer la emisión de raíces y que prosperen casi todos los
esquejes, es impregnar la base con un poco de polvo de hormonas de
enraízamiento.
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