Phalaenopsis
Las orquídeas son unas plantas muy llamativas gracias a lo espectacular de sus extrañas y exóticas flores. Siempre pensé que su cultivo sería muy complicado... para nada.
La palabra orquídea deriva del griego (orchis = testículo), vocablo que se encontró por primera vez en los manuscritos de la obra De causis plantarum del filósofo griego Teofrastro y que datan aproximadamente del año 375 antes de Cristo. Esté vocablo hace referencia a la forma de los tubérculos de las especies del género Orchis orquídeas de hábito terrestre cuyos tubérculos dobles parecen testículos.
Ya en la antigüedad, eran conocidas y apreciadas.
Llegan aproximadamente a Europa en el año 1731. La mayoría, se morían durante el viaje al viejo mundo. Se obtuvo la primera floración en el jardín Botánico de Chelsea. A partir de ese momento, las clases más adineradas que se preciaran, casi tenían como deber el disponer de un orquideario.
Durante años se esquilmaron los bosques americanos en busca de ellas, llegando algunas especies a estar en peligro de extinción.
Hay sobre 20.000 especies, divididas en 800 familias. Su distribución va desde el Círculo polar ártico hasta Tierra del fuego y las islas al sur de Australia.
Las orquídeas se pueden clasificar en tres grupos:
- Epifitas
- Semi-terrestres
- Terrestres
Las orquídeas semi-terrestres crecen sobre un capa de hojas en descomposición en el suelo o sobre piedras recubiertas de musgo. Algunas variedades serían: Paphiopedilum, Phragmipedium, Selenipedium y Cypripedium.
Nos quedan las orquídeas terrestres, son las que tienen sus raíces en la tierra.
Estás variedades tropicales, son relativamente fáciles de conseguir:
Cattleya
Cymbidium
Dendrobium
Epidendrum
Miltonia
Oncidium
Paphiopedilum
Vanda
Se deben ubicar en lugares muy luminosos. La falta de floración muchas veces se debe a la falta de luz.
Un buen lugar donde colocarlas sería cerca de una ventana, a ser posible orientada al sur. En primavera y verano, se deben de proteger de los rayos de sol directos con unos visillos o cortinas.
Para su floración, muchas de ellas necesitan una diferencia de temperaturas con un contraste de frío calor, entre el día y la noche (apróximadamente una diferencia de 10 grados).
Prácticamente a todas las orquídeas les gusta la humedad ambiental. Hay que tener en cuenta el aire seco que se puede crear por la calefacción en las viviendas.
Se pueden utilizar los siguientes trucos para aumentar la humedad a su alrededor:
- Poner las macetas sobre una bandeja con gravas o guijarros mojados pero sin que el tiesto esté en contacto con agua.
- Colocar recipientes con agua cerca de las plantas.
- Situar las plantas juntas para que se cree un micro-clima húmedo.
- Pulverizar con agua blanda, por ejemplo, de lluvia o descalcificada, pero no a las flores porque se estropearían.
No le agradan los ambientes cargados, es mejor que estén en sitios ventilados, ya que la planta se puede refrescar al bajar su temperatura. También la ventilación ayudara renovar el oxígeno y el dióxido de carbono del lugar y ayuda a prevenir el ataque de hongos y bacterias al disminuir la humedad.
O sea, que es conveniente airear diariamente el emplazamiento, pero eso sí, evitando las corrientes de aire frío que provocan la caída de los capullos.
La frecuencia del riego dependerá, a parte de la especie de orquídea, de muchos otros factores como el tipo de sustrato, la temperatura, la luz, la ventilación, etc. Por ejemplo, cuanta más luz y mayor temperatura, mayor riego.
Es muy importante, no regar con agua que tenga exceso de sales o cal. El cloro que se utiliza para purificar el agua de consumo, en principio no les perjudica.
Existen en el mercado abonos específicos para orquídeas que dan muy buenos resultados, aunque también podemos utilizar algún tipo de abono universal que ya utilicemos para el resto de nuestras plantas, aunque en la mitad de la dosis que nos indique el fabricante del abono. El exceso de abono podría estropear, e incluso matar nuestras orquídeas.
El sustrato a los 2 ó 3 años pierde sus cualidades, se compacta reteniendo demasiada agua y acumulando sales de los fertilizantes. Si el riego y el abonado han sido altos, se deteriora en sólo 1 año. Así que, hay que lo ideal es renovarlo haciendo un trasplante cada 1 ó 2 años.
Los sustratos de orquídeas, suelen ser una mezcla formada por cortezas trituradas con musgo en una proporción del 70% y 30% respectivamente. En el mercado se encuentran sustratos preparados para orquídeas.Reutiliza la misma maceta que tenía, se trata únicamente de renovar el sustrato. En una maceta grande no florecerá hasta que pasen 3 ó 4 años. Recuerda que las orquídeas son felices en tiestos pequeños. Se deberá elegir una maceta mayor, si la orquídea ha crecido mucho.
Las macetas para orquídeas (especialmente para las epifitas) suelen ser transparentes, para que les llegue la luz a las raíces. El mejor momento para el trasplante es el invierno, y como mucho principio de primavera, que es cuando comienza su período de mayor actividad.
Si las raíces están en mal estado, desmenuza el cepellón de sustrato, corta las raíces estropeadas o que estén podridas, y traslada a una maceta igual ó más pequeña, rellenando con sustrato nuevo.
Al acabar la época de floración, se debe de cortar por la base las varas de las flores. Si no se cortan, se fuerza la planta a que produzca otra de nuevo, lo que se traducirá en unas flores más pequeñas y posiblemente, se produzca el agotamiento de la planta.
A la hora de elegir tu orquídea, debes fijarte en que la planta este vigorosa y fuerte, que no tengan hojas amarillas o que tengan manchas en ellas.
Un buen consejo es que cada nueva planta que llegue a casa, pase por una "cuarentena", por posibles enfermedades o plagas. Se debería de aplicar a todas las plantas. Es una manera de curarnos en salud.
Pasa un pañito humedecido de vez en cuando por las hojas para quitar el polvo, de esta manera las ayudamos a que puedan respirar. También se pueden pulverizar las hojas (nunca las flores, se pudren) con agua baja en sales y en cal.
Posibles trastornos de nuestras orquídeas:
Luz insuficiente: provoca falta de floración, poco crecimiento, tallos que se caen, hojas de un verde muy oscuro.
Quemaduras por el sol: hojas amarillas o secas.
Exceso de riego: se pudren las raíces. Saca la planta del tiesto, corta las raíces podridas (negras y blandas), lava y desinfecta el tiesto y cambiar el sustrato por otro nuevo.
Mal drenaje ó sustrato compactado por estar viejo: el resultado es el mismo que antes, se pudren las raíces. Asegura que el agujero de drenaje inferior no está obstruido y cambia el sustrato cada 1 ó 2 años haciendo un trasplante.
Exceso de fertilizantes: puntas secas.
De manera ocasional, la planta puede perder sus hojas, es algo normal en la planta.
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