Tomillo

Tomillo





Las hojas del Tomillo son muy pequeñas, de unos 6 mm de longitud y según la variedad pueden ser verdes, verdes grisáceas, amarillas, o jaspeadas. Es un arbusto que llega a vivir más de 2 años. No tiene una forma determinada y sus tallos son "leñosos", con una altura media de entre 10 y 40 cm. Crece en climas templados y soporta bien las heladas.

La floración comienza a mediados de primavera y finaliza prácticamente a finales del verano. El color de la flores del Tomillo suelen ser violetas, púrpuras, y quizás de manera menos habitual rosas y blancas; floreciendo en las puntas de las ramas en pequeños ramilletes.

Necesita un suelo seco y una ubicación de sol directo. No le gusta el agua, hay que evitar el encharcamiento o nuestra planta se puede llegar a pudrir.

La poda debe realizarse en otoño, y una vez que la flor se marchite se debe retirar las flores secas, de esta manera vamos a favorecer el crecimiento de nuestra planta.

Si queremos obtener nuevas plantas se pueden conseguir por medio de esquejes o plantando nuevas semillas. Si nos decidimos por está último, debemos hacerlo a finales del invierno y colocando el semillero en un lugar con mucha luz para que puedan germinar.

El Tomillo no debe faltar en la cocina, tiene muchos usos culinarios para aromatizar carnes, pescados, salsas, etc. La variedad de "Tomillo limón", se suele utilizar para postres, natillas, etc. Tiene un sabor más fresco

Tiene muchos usos medicinales: estimula el crecimiento del pelo, es cicatrizante, desinfectante, expectorante, bronco dilatador, aperitivo, digestivo y antirreumático. La aromaterapia recomienda su esencia y su fragancia en resfriados, gripes, sinusitis, garganta irritada, amigdalitis, menstruaciones irregulares, aftas, alopecia, artritis, insomnio, ansiedad, depresión, bronquitis, asma.

El origen del Tomillo se encuentra en el antiguo Egipto, donde ya lo utilizaban en los rituales de embalsamamiento y como purificador del aire durante las epidemias.